Para mucha gente, cuando piensan en la ciudad más bella de Europa les viene a la mente París.
Efectivamente, París es una bella ciudad, pero debemos declararnos parcializadas con la antigua, artística y hermosa ciudad de Praga, capital del actual República Checa y una joya a orillas del río Moldava.
Nuestro viaje a esta ciudad nos llenó de cultura, sorpresas y alegrías.
Castillo de Praga
El Castillo de Praga, desde el siglo XI ha sido la sede del poder de toda la región: asiento de los reyes de Bohemia (la región histórica donde se encuentra Praga y que fue una antiguo reino independiente), de los Emperadores de Austria-Hungría, de los presidentes de Checoslovaquia, del criminal nazi Heydrich, del gobierno comunista y de los presidentes de la actual República Checa.
Este enorme castillo cuenta con varios atractivos. Uno de los más emblemáticos es la Catedral de San Vito, catedral católica gótica cuya construcción comenzó en el siglo XIV.
Aquí se guardan las Joyas de la Corona Checa, así como los sepulcros de varios obispos importantes de la ciudad. Son dignos de admirarse también sus altares y sus vitrales.
Uno puede acceder al campanario, luego de subir más de 300 escalones, y obtener la mejor vista de Praga.
Campo de Concentración de Terezín
El campo de concentración de Terezín cerca de Praga, fue otras de nuestras visitas, dada su propaganda como “sitio turístico”.
Éste fue un campo o localidad de prisioneros o “gueto” establecido por los nazis luego de la invasión y desmembramiento de Checoeslovaquia.
Entendemos la necesidad de no permitir nunca que hechos como el Holocausto sean olvidados y ese es la raison d’être de mantener esos espantosos lugares.
Pero no recomendamos a personas impresionables visitar tales lugares.
En este lugar, nos sentimos profundamente deprimidas ante los documentos e historias que uno puede ver en el campo acerca de lo que ocurrió ahí durante la II Guerra Mundial.
Paradójicamente, era un “campo modelo” que los nazis mostraban a la Cruz Roja o a representantes extranjeros que querían verificar como era la vida en esos lugares.
En Terezin, se les permitía a los prisioneros llevar una vida cultural. Podían hacer manifestaciones artísticas como lo desearan. Había centros médicos (administrados por judíos) y cierta economía interna (comercios y tiendas), junto con el contrabando que hacían que algunos se enriquecieran.
Pero en realidad, este sitio fue hecho para deliberadamente enfermar por situación de hacinamiento a sus “residentes”, para reducir su libertad y expectativas de vida.
Por ello, un estimado de 35.000 personas murió allí por enfermedades.
Y más siniestramente aún, era un sitio de tránsito desde el cual se llevaba a los residentes a lugares de exterminio como Auschwitz.
Plaza del Ayuntamiento con reloj astronómico
También llamada la Plaza de la Ciudad Vieja, es el punto de encuentro de turistas y praguenses. Un sitio cargado de historia y hechos memorables.
Una de las cosas que más nos llamó la atención fue el Reloj Astronómico, en una de las paredes del Ayuntamiento.
Sus partes más antiguas datan de 1410 y se le siguió añadiendo mecanismos, figuras y detalles hasta bien entrado el siglo XIX.
Es una hermosa obra de arte e ingeniería aplicada donde se pueden ver los ciclos solares, lunares, el antigua calendario de Bohemia y ciertos aspectos astronómicos. Se trata de una especie de computadora mecánica que realiza complejos movimientos para medir tránsitos de objetos celestes y estaciones.
Muestra también la banda zodiacal con los signos del zodíaco y la eclíptica, y señala los equinoccios y solsticios.
Una obra notable de ingeniería medieval, mucho antes de la invención de los chips de computadoras.
El Puente Carlos
Este bello puente es el más antiguo de la ciudad, terminándose su construcción en 1402.
Es frecuente ver pintores realizando sus obras en este puente, con la ciudad de fondo.
No conocíamos este puente ni su valor turístico. Ocurrió que una noche pasábamos en autobús por ahí cerca y vimos las luces del puente. Nos llamó la atención y decidimos bajarnos a ver.
Desde el puente, tienes una vista nocturna de Praga absolutamente impresionante.
En este puente, existen 30 estatuas de excepcional valor artístico, hechas por renombrados artistas checos y extranjeros de varias épocas. Pero por razones de resguardo de patrimonio, las 30 estatuas originales fueron llevadas al Museo Nacional y las reemplazaron por réplicas en el puente.
Una de las más famosas es la estatua de San Juan Nepomuceno, emplazada presuntamente en el mismo lugar desde donde fue arrojado este santo hacia el río Moldava, por contravenir los deseos del rey de entonces que desconocía la autoridad de Roma.
Casa Danzante, en la Ciudad Nueva
La Casa Danzante de Praga realmente no es una casa, sino un edificio de 9 plantas cuya forma insólita se ha convertido en un ícono de la nueva arquitectura de la ciudad.
Construido en la década de los 90s del siglo pasado, la Casa Danzante es obra de los arquitectos Vlado Milunic (checo) y Frank Gehry (canadiense).
Al principio, y como ocurrió en su momento con la Torre Eiffel, la obra enfrentó la oposición de ciertos grupos de personas que decían que rompía con la armonía de los edificios barrocos y modernistas de las adyacencias (aunque “barroco” y “art noveau” ya son bastante diferentes).
Pero el apoyo del entonces presidente, Vaclav Havel dio el impulso para concretar el proyecto.
Lo cierto es que hoy es un lugar icónico de la bella ciudad de Praga y su visión nocturna nos transporta a una especie de arquitectura del futuro.
Conclusiones
Praga en particular y la República Checa en general respiran arte y cultura por todos los costados. La sociedad checa ha sido históricamente fuente de irradiación artística, más notablemente a través de sus exiliados por el mundo.
Por lo tanto, la capital checa debía estar a la altura de esa inclinación.
Para los amantes de las artes plásticas, la arquitectura, la música y hasta la elaboración de la cerveza artesanal, la visita a esta antigua ciudad es un deber.
Y tu, que nos recomenandarías visitar en esta misteriosa ciudad?