Dinero, dinero. No hay creación humana más amada y vilipendiada que el dinero. Después de todo ¿no nos permite cubrir nuestras necesidades básicas y nuestros deseos? Y cuando nos falta, lo odiamos, porque nos damos cuenta de que dependemos de él.

La verdad es que nosotras, en nuestro andar por la vida, hemos llegado a construir una relación sana con el dinero. Y aquí, te contamos cómo hemos creado 33 hábitos para lograr que el dinero no nos falte y podamos viajar por el mundo, sin ser millonarias ni mucho menos.

 

  • Hay que cambiar el pensamiento negativo hacia el dinero. Tenemos el pensamiento de que el dinero es malo, que la persona rica es mala o infeliz. Ser rico o pobre no te hace malo o bueno per se. Esas son cualidades que nosotros escogemos y no son impuestas por algo externo como el dinero.
  • El dinero no da la felicidad”. Es una frase muy recurrente que mucha gente toma como que el dinero y la felicidad son mutuamente excluyentes. El dinero por sí sólo no da la felicidad, pero es absolutamente cierto que necesitamos cubrir necesidades básicas, así como anhelos y deseos para poder ser felices. Es extremadamente difícil ser feliz en la miseria.
  • Un gran problema que vemos es que, a pesar de la importancia del dinero y la economía, realmente no nos enseñan a manejar nuestras finanzas. Esto es vital y escribimos un artículo al respecto.
  • Venimos de una familia que pasó por una guerra y nos inculcaron el ahorro desde pequeñas. Valorar y consumir lo estrictamente necesario en cuanto a agua, luz y servicios. Y siempre a usar, reutilizar y reciclar.
  • El dinero hay que invertirlo. Una de las cosas que más reditúa y que casi nadie hace es el hábito de la inversión. Hay cantidad de maneras de multiplicar el dinero, de que genere más dinero sirviendo como capital. Vale la pena informarte sobre las distintas opciones que tienes para invertir.
  • Recomendamos hacer un algo que muchos llaman “Mapa del Tesoro”. Nosotras lo hemos hecho y los resultados son sorprendentes. Se trata de hacer recortes y pegarlos en una cartulina. Esos recortes serán sobre artículos, situaciones, lugares que te gustaría poseer o experimentar. Esto con la idea de visualizar cada día tus deseos. Si esas visualizaciones las sazonas con emoción, se precipitarán a tu mundo mucho más rápidamente.
  • Lleva siempre una relación de tus gastos. Cada mes, registra tus gastos fijos, variables, eventuales y ni presupuestados. Es importante analizar mensual y anualmente esa lista y ver a dónde se te va el dinero.
  • Con la relación de arriba también puedes calcular tus ingresos netos mensuales y anuales. Sumas los ingresos del año o mes menos los gastos del año o mes y obtendrás el ingreso neto. Nunca gastes más de lo que ganas. Es importante ver cómo los pequeños gastos se acumulan y se vuelven una verdadera hemorragia. Por ejemplo, esos gastos hormigas como tomar café afuera (aquí en Montreal un café son 4 dólares) terminan siendo una gran cantidad de dinero mensual u anual.
  • Vigila tus estados de cuenta. Cada semana o mes llevar y chequear las cuentas de ahorro, crédito y corriente. Ver los cargos que el banco te hace, muchas veces sin pedirte autorización. Por ejemplo, en una tarjeta de crédito me cargaban mensualmente unos servicios que yo nunca pedí.
  • Una vez que recibas tus ingresos, aparta un 10% como “fondo de reserva”. Hay una tendencia de que mientras más ganas más gastas. La idea es que mientras más ganes, más inviertas.
  • Agradece las cosas que tienes. Enfocarse en las cosas que tienes y lo que puedes hacer con ellas y no lamentarte por lo que no tienes, es un poderoso motivador e imán para la prosperidad. Creemos que, si agradeces lo que tienes, siempre estarás provisto. Agradece a quien quieras, a Dios, a la suerte o al universo de acuerdo con tus creencias y no te faltarán los fondos.
  • Concientiza que, si mantienes una creencia de escasez, eso se manifestará. Pensamientos de escasez son aquellos del tipo “qué caro es este producto”, “es imposible que yo viaje por el mundo”, cambiarlo por pensamientos tipo: “En este momento no tengo el dinero, pero pronto lo tendré y adquiriré o haré esto o aquello”.
  • Un truco sencillo pero poderoso: si deseo algo y tengo el dinero, reprimo el deseo de comprarlo en el momento. Lo que hago es que lo anoto. Si dentro de una semana aún lo quiero, pues lo compro. Es increíble cómo después de una semana te das cuenta que no era tan necesario como pensabas al principio.
  • Aparta un porcentaje e inviértelo en tu “educación financiera”. Se trata de dinero bien invertido. Puedes hacer cursos de inversión, formaciones sobre fondos indexados, inversión pasiva, inversiones en valores, etc. Trata de escoger formaciones avaladas por empresas o personas de reconocida trayectoria en el campo de las finanzas.
  • Todas las noches, nosotras escuchamos frases positivas de prosperidad. Las escuchamos e interiorizamos. Frases del tipo “Todo lo que gasto vuelve a mí multiplicado”, “Soy la perfecta administradora de mi dinero y mi tiempo”, “Soy riqueza”, etc. Por YouTube hay cantidades de videos con frases de este tipo.

¡No te pierdas la continuación de este artículo!