Continuando con nuestras reflexiones de las cosas que hemos aprendido en estos 10 años de viajar incansablemente y que iniciamos en este post, aquí va la segunda parte.

  • En estos años hay algo que se nos ha hecho claro: lo más bonito no siempre es lo más caro o lo más popular o lo más exótico. Hay lugares como las grandes pirámides de Keops, Kefrén y Mikerinos en Egipto que son un deber. Sin embargo, la pirámide que más nos impresionó fue la Pirámide Roja. Como no es popular como las vedettes, hay mucho menos turistas y dejó en nosotras una mayor impresión.
  • Disfrutar al máximo, aunque no cumplas tu “lista”. Anteriormente, nuestra lista de cosas por hacer era un deber: debíamos visitar cada uno de los lugares de nuestro “to-do” y hacer cada actividad. Si no era sí, nos sentíamos mal. Pero hemos aprendido que más que la cantidad es la calidad. Disfrutar al máximo de lo que podamos visitar y no tener arrepentimientos por no poder visitar o hacer algo que habíamos planificado nos da mucha más satisfacción.
  • Desconexión. Hemos aprendido a desconectarnos de las redes sociales. Usarlas muy escasamente para tranquilidad de los parientes y por seguridad. Es importante dejarles saber a nuestros conocidos más cercanos dónde estamos, dónde nos hospedamos, qué paseos tomaremos. Pero hacer largos posts para el Instagram para que la gente vea lo “cool” de nuestras vidas, eso no. Nos quita tiempo precioso que podemos emplear en inmersión total de nuestro destino.
  • Hemos aprendido a siempre adquirir un seguro de viajes, porque es mucho mejor prevenir. Llevar a la mano los datos del seguro de viajes y los datos de la embajada por cualquier contingencia. Eso nos da paz y tranquilidad y nos permite tener nuestra mente enfocada en el disfrute.
  • Una cosa que hemos aprendido y que nos da mucho placer es tomarnos el tiempo para probar la gastronomía local. Es una de las mejores maneras de aproximarte a la cultura del país. Investigar con los lugareños los mejores lugares para comer platos autóctonos. Además, nosotras siempre traemos alguna receta de nuestros viajes y preparamos esos platos en casa. ¡Es como viajar dos veces!
  • Hemos descubierto que es mejor investigar si el costo de las maletas está incluido en el precio del boleto. Sobre todo, en los boletos más baratos casi nunca lo están. Planifica bien las actividades a realizar y lo que necesitarás para llevar todo lo necesario. Comprarlo en el lugar es más caro. Por cierto, nunca aceptes cuidar la maleta de otros ni dejar tus maletas a otra persona. Cómprate unas buenas maletas, muchas de ellas tienen años de garantía.
  • Identifica bien las maletas. Colócale una cinta o algún detalle que las diferencie de lejos para evitar confusiones. Mi maleta, por ejemplo, es fucsia. En cuanto a las maletas de mano, recomendamos que sean de colores oscuros. Un color llamativo puede hacerla parecer más grande y puede que te la manden al equipaje de cabina.
  • Esto es obvio, pero es algo que hemos aprendido que muchas veces se pasa por alto: Siempre lleva en la maleta de mano los objetos de valor: dinero, documentos, perfumes, etc.
  • Si vamos a tomar un taxi en los lugares donde no usan taxímetro, siempre preguntamos cuánto cuesta la carrera. Y somos extremadamente claras respecto al precio. Incluso, sacamos el celular y mostramos el precio en la calculadora al conductor para evitar confusiones por diferencias entre idiomas. De igual modo en los mercados y en general con cualquier servicio, dejar absolutamente claro cuál es el precio antes de tomar el servicio.
  • Cuidado con los gastos hormigas. Esos pequeños gastos que pasan por debajo de la mesa pero que al final suman mucho. Esos gastos de menudeo como pequeñas comidas, snacks, helados no están mal. Pero lleva tu control de gastos. Nosotras lo que hacemos es ir a los pequeños mercadillos y prepararnos nuestras comidas. A menos que tengas programado probar gastronomía local, trata de frenar los pequeños gastos de comidas.
  • Hemos aprendido algunos factores que contribuyen a hacer los boletos aéreos más económicos: viajar entre semana (los fines de semana son más caros), viajar en temporada baja, mayor lejanía del aeropuerto de destino con respecto a su ciudad, ofertas relámpago de los sitios online de compras de boletos, etc. Siempre ten en cuenta que son múltiples factores, algunos ocultos para el viajero, que contribuyen a abaratar -o encarecer- un costo de pasaje.
  • Finalmente, algo muy importante que hemos aprendido a hacer como una segunda naturaleza: Antes de viajar, verificamos los procesos migratorios: documentos necesarios que nos solicitarán, si son requeridas visas, vacunas (sobre todo estos últimos años), cuánto tiempo te puedes quedar, etc. Siempre están cambiando las políticas y requerimientos, por eso hemos aprendido a investigar bien en las webs de turismo del lugar de destino que será necesario para viajar.

Y esto es, a grandes rasgos, lo que hemos aprendido en estos 10 años de idas y venidas.

Algunas de estas cosas las hemos aprendido de la manera más difícil, pero siempre nuestras experiencias, aunque no sean tan positivas en su momento, nos han dejado importantes enseñanzas.

Nosotras hemos querido que tu curva de aprendizaje no sea tan complicada, por lo que hemos escrito este par de artículos.

Pero si tienes algún aprendizaje de tus propios viajes y que quieras compartir ¡Deja un comentario abajo!