Viajar es maravilloso, fantástico, excelente. No tiene casi nada de malo.

Sin embargo, si haces una encuesta entre viajeros frecuentes, te dirán que el mayor dolor de cabeza es en la aduana: las preguntas y cómo qué responderlas. Y el stress que puede venir asociado con eso.

En este post, te mostraremos cuáles son las preguntas más frecuentes que te harán los oficiales de aduanas y cuáles son las respuestas más adecuadas y precisas que deberás dar a estos funcionarios.

Ante todo…

 

Lo primero que debes ver a la hora de hacer tu fila para el chequeo es si esta corre rápido o lento. Si la fila corre lentamente, es casi seguro que los funcionarios de turno están haciendo muchas preguntas. Se trata de funcionarios puntillosos.

Esto puede deberse a que hay una alerta o que el país de destino tiene rigurosos sistemas de filtros aduanales.

Sabrás entonces que debes tener toda tu documentación a la mano, así como preparar tus respuestas de antemano para dar respuestas seguras y precisas y evitarte el tan temido “cuartito”, que es la habitación aparte donde te pasan mientras te investigan, te abren el equipaje y te hacen mil preguntas, con la consabida pérdida de tiempo.

 

Cómo responder

 

Algunas personas para bajar el nivel de nervios o stress en estas situaciones, pueden comenzar a bromear. Nunca lo hagas. El oficial de inmigración no tiene sentido del humor y puede pensar que no te lo estás tomando en serio o que ocultas algo.

Además, en países cuya lengua no es el castellano, te harán las preguntas principalmente en inglés, aunque no sea la lengua materna del funcionario. Eso hace más perentorio respuestas cortas, precisas y claras.

El mostrarte impaciente, irritado o nervioso levanta una banderita roja al funcionario, quien está entrenado para leer el lenguaje del cuerpo.

Aunque puedes estar tenso por temor a perder el vuelo o simplemente porque eres impaciente, trata de no mostrarlo, porque el oficial puede interpretarlo como sospechoso y someterte a un escrutinio más profundo.

¿A qué vienes al país?

 

Una pregunta infaltable. No entres en detalles. Si vienes a un concierto, una boda o a pasear, decir simplemente “vengo por turismo”.

El oficial de inmigración no es tu amigo, no le interesan los detalles. Sólo le interesa si vienes de negocios, turismo o algún otro fin en general. Ser demasiado específico sin ser solicitado puede confundirlo.

Sólo sé más específico si directamente te piden que amplíes tu respuesta. ¿Por qué viene por tan poco tiempo? ¿A qué evento viene?

 

Fecha de regreso y cuánto tiempo pasarás en el lugar

 

Esta es otra pregunta muy frecuente. Debes tener claro tu tiempo de estadía y tu fecha de salida del país.

Da respuestas precisas. Es válido no tener fecha de regreso en el boleto, pues puedes salir por bus, ferry, barco o de otro modo. O puedes comprar el boleto de salida en el país porque es más económico. En este caso, debes dar una fecha estimada de salida.

No digas “no sé”, porque mostrar desconocimiento o titubear con respecto a la fechas de salida y lapso de estadía puede levantar suspicacias en el funcionario, lo que puede terminar con un proceso largo y engorroso en la aduana.

Asistir a congreso, conferencia o curso

 

Si has sido invitado a un congreso o conferencia, llevar a la mano la invitación para mostrarla al funcionario. Si es un congreso o conferencia abierta a todos, decir simplemente que vas de turismo.

En caso de que vayas a hacer un curso de idiomas o de otra índole, lleva siempre a la mano la aceptación/inscripción del curso, así como el nombre del instituto en donde se va a llevar a cabo, su tiempo de duración y cualquier otro dato pertinente.

Aquí también se prescribe claridad y precisión.

En donde te vas a quedar

 

Otra de las infaltables: ¿Dónde va a quedarse o alojarse?

En este caso, se pueden manejar dos respuestas:

  • Casa de un familiar o amigo
  • Hotel, hostal, posada

Por lo general, te pedirán la dirección y reservación del alojamiento. En caso de que vayas a quedarte en casa de un familiar o amigo, no está de más contar con una invitación de éste, y donde aparezca la dirección de habitación.

Siempre es importante aprender de memoria la zona de alojamiento y nombre del hotel o posada donde nos quedaremos. De ese modo, se hará más rápido el llenado del formulario de inmigración y evitaremos, al dar respuestas seguras y precisas, que nos pasen a segundas rondas de preguntas, revisión de equipaje, etc.

A qué te dedicas

 

Es muy común. Aquí también recomendamos el no entrar en detalles: decir simplemente “soy odontólogo”, “soy diseñadora”.

Si eres viajero frecuente, nómada digital, lo mejor es decir “soy estudiante”. No decir “soy viajero”, “bloggero”. Mantenlo simple.

Si estás desempleado, puedes decir: “estoy entre trabajos” o “between jobs”.

Es posible, si eres viajero frecuente o nómada digital, que te pregunten por qué has viajado tanto últimamente. La mejor respuesta aquí es decir que “has tomado un año sabático”. Eso es perfectamente válido y entendible por todos.

 

Cuánto dinero llevas

 

Y no puede quedar por fuera otra imprescindible: “¿Cuánto dinero lleva?”. Generalmente se refieren al efectivo. En nuestro caso, solemos llevar poco efectivo. Nosotras decimos “llevamos 200 dólares y las tarjetas de crédito“. Aquí también mostramos nuestros estados de cuenta.

Si llevas más de 10.000 dólares en efectivo, debes declararlo.

Uno siempre debe decir los montos de efectivo en dólares o euros o en la moneda del país de destino, si tienes la conversión. En la mente de los oficiales de aduana de cualquier parte sólo existen 3 monedas: dólares americanos, euros y la moneda local. No los confundas dándole tu efectivo en la moneda de tu país. Esto es obvio, pero no está de más aclararlo.

Es importante dar el monto exacto del efectivo que llevas. Nunca mientas sobre esto. Si llevas más de 10.000 dólares y mientes sobre esto te expones a muy altas multas por evasión fiscal.

Conclusiones

 

Hemos visto un panorama de preguntas más frecuentes con las que nos encontraremos por parte de oficiales de aduanas. Así como también las respuestas adecuadas.

Estas preguntas nos las hemos encontrado una y otra vez en nuestros viajes.

Y respuestas sugeridas las hemos dado siempre y ya han sido sancionadas por el tiempo.

De esta manera, ahora sí podrás decir sin temor a equivocarte que no hay ningún punto negativo si de viajar se trata.