La ciudad de Quebec (con confundir con la Provincia de Quebec) es la ciudad capital de la Provincia homónima. Es una ciudad de casi 600.000 personas y casi totalmente francófona.

Los québécois siempre se han sentido aparte del resto de los canadienses y mucha de la tradición que le da el carácter distintivo a este gentilicio proviene de la Ville de Québec, pero muy especialmente de la Quebec Vieja.

Llegando

 

En nuestra visita a Quebec lo primero que nos recibe (si viajas en tren o bus) es la Gare du Palais (Estación del Palacio). Construida en 1915, ha sido designada como “estación ferroviaria patrimonial” por la Comisión de Lugares y Monumentos Históricos de Canadá. Su arquitectura e interiorismo nos impresionó gratamente. Está situada directamente en la “Vieja Quebec”.

Cuando se llega por la Gare du Palais, se está ya en el casco histórico. El Casco Histórico de Quebec llamado el Vieux Québec (Quebec Viejo) fue designado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1985.

Comprende dos sectores: la Haute-Ville (Ciudad Alta) y la Basse-Ville (Ciudad Alta). Ambas partes están unidas con un funicular, aunque se puede ir de una a otra a pie.

 

Hotel Château Frontenac

 

Ubicado en la Haute-Ville, este hotel fue construido con un estilo “château (castillo) francés” en 1893, aunque presenta ciertos elementos victorianos.

Se trata de un hotel de lujo, que comprende 611 habitaciones y suites. Hay ocho suites ejecutivas, la mayoría llevando los nombres de importantes políticos que se han alojado en ellas. Aunque está la Suite Hitchcock y la Suite Celine Dion.

Los precios van desde 200 USD la noche para habitaciones estándar hasta 1.110 usd/noche para las suites Celine Dion y Elizabeth II.

Hay posibilidad de tomar visitas guiadas, con comentarios sobre la historia del hotel por alrededor de 20 dólares americanos. Aunque las instalaciones se pueden visitar gratuitamente.

Calles con sabor a pasado

 

A nosotras nos gusta el turismo de a pie. Ir y venir por bonitas calles, sentarnos o pararnos a contemplar las fachadas, tiendas tradicionales y demás atractivos de bellas calles en pequeñas ciudades. Y la ciudad de Quebec cumplió nuestras inclinaciones al máximo.

Hay varias pequeñas y encantadoras calles que se pueden recorrer en la vieja Quebec. Si, como a nosotras, te gusta deleitarte sin prisa, pausadamente por hermosas calles y sentir la joie de vivre de sus habitantes, te podemos recomendar:

En la Haute-Ville: Rue Saint Jean y Rue Saint Louis

En la Basse-Ville: Rue Petit Champlain (un deber visitarla, presuntamente el distrito comercial más antiguo de América del Norte) y Rue du Trésor

La Maison de la Littérature

 

Una antigua iglesia convertida en Centro Cultural, la Maison de la Littérature es un espacio que no sólo funciona como biblioteca con una gran colección de libros, sino como centro de exposiciones y alquiler de espacios para conferencias y eventos.

El interior de la antigua iglesia y la estructura adyacente han ganado muchos premios de arquitectura, como el Grand prix d’excellence 2017 y el Prix dans la catégorie Bâtiments culturels 2017.

Los espacios internos, diseñados en un estilo minimalista, pintados en blanco e inundados de luz, invitan a despejar la mente para absorber toda la cultura y conocimiento que sus espacios reservan al visitante curioso.

Otras aventuras por Quebec

 

Frente a la Place Royale se encuentra la Basilica de Iglesia Notre Damme de Quebec, la iglesia más antigua de Canadá, con más de 350 años de fundada. Y a pocos pasos de la basílica se encuentra la Iglesia de Notre-Dame-des-Victoires, una pequeña iglesia hecha de piedra, su construcción se inició en 1687 en el lugar del asentamiento de Champlain y se terminó en 1723.

Rodeando la Vieja Quebec hay poderosas y viejas murallas, convirtiendo a Quebec en la última ciudad amurallada de Norteamérica.

Tales murallas fueron construidas y reconstruidas en las guerras que sostuvieron franceses contra británicos por el dominio de la provincia.

En la Muralla destacan las puertas de Saint-Jean, Saint-Louis, la de Prescott y la de Kent.

Aunque no somos de visitar museos por largas horas, podemos recomendar dos museos importantes de la ville. El Museo de la Civilización, que está cerca del río San Lorenzo, con la historia francesa en América del Norte. El Museo Nacional de Bellas Artes ubicado en los Llanos de Abraham, en el Parque de los campos de batalla

El Parlamento de Quebec, un imponente y severo edificio de 8 plantas y sede del Parlamento de la Provincia de Quebec. Hay visitas guiadas y enfrente se puede apreciar una singular y hermosa fuente que se llama Fontaine de Tourny.

 

Sainte-Anne de Beaupré

 

A unos 30 kms de la ciudad está la Basílica de Sainte-Anne de Beaupré. Se trata de un centro de peregrinación con más de medio millón de visitas anuales.

Es un importante santuario católico, cuyos peregrinos dicen que se han realizado innumerables milagros. Cerca del altar, se muestran cantidad de bastones, muletas y otras ayudas para discapacitados que atestiguan los milagros.

En el interior, se pueden apreciar 56 maravillosos vitrales que dan una sinfonía multicolor cuando la luz del sol pasa a través de ellos. La decoración en la que hay mucho dorado da la impresión de suntuosidad.

Esta iglesia tiene ya unos 400 años de historia.

Alojamiento recomendado

 

La Université Laval (Universidad de Laval) es una universidad pública francófona de Quebec.

Es posible alojarse en las residencias estudiantiles de la Universidad de Laval. Lo que resulta muy atractivo por dos razones: bajo costo y bonito.

El campus de la universidad es hermoso, además cuenta con un bello jardín botánico, el Roger-Van den Hende. Y si a eso le sumamos el fácil acceso al transporte para conocer la Vieja Quebec, no hay mucho más que pensar.

Conclusiones

 

La región de Quebec es muy orgullosa en cuanto a su legado francés, en la que la lengua francesa, la religión católica y su aire europeo mayor que el del resto de Canadá, le da un carácter único y especial.

Y el centro histórico y espiritual de ese orgullo francófono sin duda lo constituye la ciudad de Quebec, especialmente su ciudad vieja, que atesora joyas culturales, históricas y artísticas esperando a ser descubiertas por el visitante.