Viajar nos encanta. Es maravilloso. No cambiaríamos este modo de vida. Pero es una actividad no exenta de ciertos riesgos.
Por supuesto, estos riesgos pueden minimizarse si se toman en cuenta algunos pasos.
Esto no es ciencia espacial. No pretendemos revolucionar el modo de viajar.
Pero hemos comprobado que realizando estas sencillas acciones podemos prevenir malas experiencias en el extranjero.
Sé amigable, pero precavido
La gran mayoría de los locales de un país serán personas amigables que tratarán de ayudarte para que puedas llegar a un alojamiento, restaurante o atracción turística.
Pero también es cierto que hay ciertas personas que, al identificar a un turista, se le acercan con una falso deseo de ayudar, cuando en realidad desean robarlo, estafarlo o peor.
Debes ser capaz de discernir entre un amistoso deseo de ayudar y una insistente -incluso molesta- compulsión que suelen mostrar estos individuos para “ayudarte” o “facilitarte las cosas”.
Nunca vayas con personas que se te acerquen, aunque se “identifiquen” como funcionarios policiales o de turismo y que te exhortan a que los acompañes. Nunca vayas a ningún lado a donde te invite un desconocido.
Lleva contigo sólo lo esencial, lo demás déjalo bajo llave
Si estás en un hotel, probablemente tendrá caja de seguridad. Si estás en una posada u hostal, pregunta si cuentan con algún medio de salvaguardar documentos o dinero.
En cualquier forma, trata de no llevar todo el dinero efectivo con el que cuentas en tus pasos o excursiones. Siempre deja una reserva de emergencia en el alojamiento.
Lleva pasaporte sólo si piensas que lo usarás como por ejemplo, para alquilar vehículos.
Haz backup de tus documentos
Mantén copias de respaldo en la nube de tus documentos importantes. Verás como este sencillo paso será una tabla de salvación en ciertas circunstancias.
Escanea pasaporte, tarjetas de crédito, papeles de seguro y otros documentos importantes y guárdalos en Google Drive o Dropbox. También respalda los números de cuentas bancarias y cualquier cosa que te pueda pedir tu banco cuando lo llames en caso de que pierdas tus documentos.
No seas tan turista
Lo primero que te identificará como turista es la forma en que estés vestido. Unos shorts, sandalias y, de postre, una mochila o backpack en el medio de París o Quebec, gritarán a los cuatro vientos tu condición de turista.
Haz una investigación previa de cómo van vestidos los locales y trata de vestirte de manera que no delate tu condición de turista. Si por ejemplo estás en un país africano o asiático, pues tus rasgos podrán delatarte. Pero al menos, trata de pasar como un extranjero que tienen tiempo viviendo en el lugar.
Trata de no exteriorizar tu emoción ante cosas que pueden ser demasiado cotidianas para los locales. Cuando viajamos todo es nuevo. Incluso un edificio, quiosco o mercado puede llenarnos de asombro. Debemos tratar –al menos en lugares donde podemos ser abordados por estafadores- de no ser tan expresivos cuando contemplamos, por ejemplo, un árbol con hojas de otoño si venimos del trópico.
No comas en cualquier sitio
Es cierto que las agencias y operadores turísticos generalmente te llevarán a sitios “para turistas”, más caros y no necesariamente de la mejor calidad.
Por otra parte, comer en cualquier sitio callejero y autóctono en ciertos lugares de los países en desarrollo es un gran riesgo sanitario.
¿Nuestra recomendación? Hablar con los locales y pedirles consejos acerca de los mejores sitios para comer tanto en calidad como en precio.
Haciendo esto, hemos degustado de la mejor y más auténtica gastronomía local, pagando una fracción del precio de un restaurant para turistas.
Precaución en zonas de conflicto
Una de las cosas más importantes cuando viajas es hacer una investigación previa del lugar. Esto incluye su situación política y social.
Hay sitios que no están en guerra, pero donde existen conflictos latentes que pueden generar eventuales situaciones de violencia. Y tú no quieres verte atrapado en tales circunstancias. Por eso sé cuidadoso al viajar a países políticamente inestables.
Si en tu investigación ves que hay protestas o manifestaciones en tu ciudad de destino, investiga los antecedentes, la propensión de la población a degenerar en manifestaciones violentas, las pasadas respuestas del gobierno, qué están pidiendo los manifestantes… En fin, haz una investigación completa del conflicto para dilucidar qué tan candente puede ser y las posibilidades de que degenere en violencia.
Contrata guías u operadores, cuando sea necesario
Hay lugares donde definitivamente, no puedes viajar sin un operador turístico, bien sea por lo inaccesible (desierto en Egipto o Gran Sabana venezolana) o por razones de seguridad, como en ciertos países musulmanes.
Investiga bien agencias que te ofrezcan la mejor relación precio valor y que arme paquetes completos y orientados a tus propias inclinaciones y gustos viajeros.
También investiga si esos paquetes incluyen “días libres”. Como nos sucedió en Egipto, a pesar de que viajábamos con una agencia, pudimos ponernos de acuerdo con otros viajeros y tomar un tour por nuestra cuenta.
Contacta locales
Existen webs como Like a Local Guide para contactar locales. Nadie mejor que un local que no lo anime el deseo de lucro para asesorarte en cuanto a qué sitios visitar, cuáles evitar y a cuáles ir tomando precauciones.
Incluso, ¡puedes ponerte de acuerdo con algún residente del país de destino para que te sirva de guía! Por supuesto, todo con carácter de reciprocidad.
Una de las mejores cosas de viajar es conocer y establecer lazos con personas de diferentes backgrounds, diferentes culturas y diferentes realidades.
Y desde el punto de vista de la seguridad, sólo una persona viviendo esa particular realidad, podrá darte indicaciones relevantes y totalmente actualizadas.
Viaja con seguro de viajes
Esta es de las mejores inversiones que puedes hacer. Un buen seguro de viajes te protege de eventos como disturbios, desastres naturales, accidentes… incluso, si mueres, tu cuerpo puede ser repatriado sin costo para tus familiares.
Y en muchos sitios tener un seguro de viaje es obligatorio.
Es tan importante esto, que puedes pensar que todo lo que te ahorras con los consejos que damos en este blog, puedes emplearlo en contratar un buen seguro de viajes.
Porque como decía un viejo comercial: “Es mejor tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo”.
Usa el menos común de los sentidos
El uso del sentido común y de la consciencia situacional te evitará una gran cantidad de males y obstáculos.
Un extraño demasiado amable y obsequioso. Una mujer que camina frente a ti y de pronto cambia de dirección hacia ti sin mirarte. Un roce o un empujón en un lugar muy concurrido Un amable desconocido que te invita un trago… son situaciones que deberían ponerte alerta y no perder de vista nuestras pertenencias.
Como turista, eres más vulnerable al aceptar cosas que no aceptarías en tu residencia actual porque piensas que no conoces la idiosincrasia de ese país y no quieres ofenderlos.
Haz siempre caso a tu instinto que te dice que algo no va bien. Es tu sentido común alertándote.
Conclusiones
No existe previsión que garantice al 100% un viaje totalmente libre de eventos indeseados. Pero haciendo de estas sencillas recomendaciones una segunda naturaleza, podrás disfrutar con tranquilidad de esa maravillosa odisea que es viajar.
Por otra parte, la práctica constante te hará mucho más adaptable y capaz de resolver problemas por ti mismo/a.
Finalmente, mantente siempre en un estado de “relajada alerta”. Con los ojos bien abiertos pero en un estado sosegado. Si ves algo que no te cuadra, algo que te parece fuera de lugar, evítalo.
¿Haz tenido algún inconveniente en tus viajes que hubieras podido evitar fácilmente? ¿Quieres comentar algún otro tip?
¡Nos gustaría leer tus comentarios!