Con la cuarentena, se ha trastocado de una manera u otra la vida de prácticamente todo ser humano.

En el caso de los viajeros empecinados, una de las cosas más duras ha sido las fuerte limitaciones con respecto a los viajes internacionales.

Aunque al momento de escribir esto (julio 2020) en muchos países ya se han flexibilizado las restricciones más fuertes, todavía quedan algunas limitaciones a los vuelos sobre todo internacionales.

 

Conoce tu ciudad

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una de las cosas que hemos descubierto con este “quedarnos quietas” forzadamente, es que hemos vuelto la mirada a la ciudad donde estamos viviendo en este momento.

¿Y saben qué?

Hemos descubierto varias maravillas ocultas y otras no tan ocultas que no habíamos tenido oportunidad de experimentar.

Nos hemos hecho conscientes de la cantidad de personas que no conocen su propia ciudad, que sueñan con mundos lejanos sin siquiera detenerse a pensar las maravillas que puede haber a su alrededor.

 

Le seul véritable voyage ce ne serait pas d’aller vers de nouveaux paysages, mais d’avoir d’autres yeux.
M. Proust.-

5 beneficios de hacer micro turismo local

 

No sabemos si la frase existe, pero nos parece una buena descripción de esta actividad. Te comentamos las que, a nuestro juicio, son las 5 mejores razones para hacer turismo en el lugar donde te encuentras ahora.

1. Sentimiento de orgullo y de pertenencia: Conocer los hechos y maravillas ocultas de tu ciudad, te abre los ojos a su siempre interesante historia. Quizá a una rica tradición, que ni siquiera te imaginabas.

2. Más propenso a actividades físicas. Al ser las distancias a recorrer menores, podemos tener la voluntad de hacerlas a pie o en bicicleta. Ambas actividades excelentes para el corazón.

3. Menos estrés en cuanto a barreras de idiomas o idiosincrasias. Si vivimos aquí, no habrá mucho problema de barreras culturales… A menos que visitemos un barrio o sector de mayoría de alguna nacionalidad específica, como el Barrio Chino, Irlandés… Pero en todo caso, quienes viven allí deberían compartir nuestra cultura común.

4. Eco-friendly con el planeta: derivado de lo anterior: al no usar vehículos a motor, el planeta sonríe.

5. Descubrimiento y desarrollo de ese sentimiento de que nos rodea la maravilla. Comenzamos a darnos cuenta de que no importa el lugar donde estemos, podemos estar rodeados de maravillas sin sospecharlo. Sólo debemos tener la mente atenta y los ojos bien abiertos.

 

Montreal: ciudad peatonal y ciclista

 

En nuestro caso, hemos realizado algunas interesantes actividades en nuestra actual ciudad de residencia: Montreal. Al ser una ciudad muy peatonal y con extensas rutas para el ciclismo, nos hemos dado banquete con estas actividades. Queremos compartir algunas aquí.

 

Paseos en bicicleta

 

Hay rutas especiales para bicicletas en muchas ciudades del mundo. En el caso de Montreal, puedes alquilar una bicicleta si no tienes una y emprender alguna ruta.
Las siguientes son estelares.

Île de la Visitation: ¡Para volver a la naturaleza en plena ciudad! Con casi 4 kms de rutas para bicicletas y 9 km de rutas de senderismo. Es un parque donde se pueden hacer picnics, parrilladas, eventos culturales, etc. Aquí, en su momento, se establecieron las primeras industrias de Canadá.

Île de Saint Hélène e Île de Notre-Dame: son islas unidas a tierra por puentes rodeadas del rio Saint Laurent. Pequeñas joyas fácilmente accesibles en bicicleta. En estas islas disfrutarás de varias instalaciones como el museo Stewart, el parque de atracciones La Ronde, y la Biosfera. Y podrás disfrutar de las vistas fantásticas del Vieux-Port, la Tour de l´Horloge, la Place Jacques Cartier y la Basílica de Notre-Dame. Y también disfrutarás de un paseo en bicicleta en las mismas pistas donde celebran el gran premio Formula 1

Parc Mont-Royal: Otro emblemático parque de Montreal rodeado de espacios verdes. Excelente lugar para hacer senderismo, bicicleta y disfrutar de una bella vista del centro de la ciudad. También podrás recorrer el Lago de Castor que en invierno se convierte en una pista de patinaje.

En otoño los colores de las hojas de los árboles cambian de verde a la paleta de colores rojos, naranjas y amarillos. Un espectáculo, sobre todo para quienes venimos del trópico con su vegetación siempre verde.

Boulevard La Salle: con 24 kilómetros para la práctica de bicicleta, da la oportunidad de conocer la historia de la región y admirar los sitios naturales.

 

Rutas a pie

 

Quizá una bici no sea lo tuyo. Aquí en Montreal existen rutas para hacer a pie. Las famosas “promenades”. Entre las preferidas nuestras:

Rue Wellington: desde el boulevard La Salle se inicia la Rue Wellington, es un distrito de compras y asiento de frecuentes eventos artísticos y culturales.

Rue Saint Catherine: 11 kilómetros de tiendas en el centro financiero y comercial de Montreal.

Boulevard Saint Laurent: arteria importante comercial, histórica y cultural. En ella podemos encontrar y disfrutar de una gran variedad en gastronomía, shopping etc.

Vieux-Port: es el histórico Puerto de Montreal. Sitio con cafés, restaurantes, actividades al aire libre de primavera y verano… ¡Y hasta una playa, la de la Tour de l´Horloge!

Rue Saint Denis: zona de cafés, restaurantes o para degustar una cerveza. Discurre de norte a sur, hasta el Vieux-Port. Con un aire multicultural, propio de la idiosincrasia canadiense.

 

Conclusiones

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Conocer más a fondo Montreal nos ha hecho amar aún más esta ciudad. Ese mismo sentimiento puede embargarte a ti si te das a la tarea, en estos tiempos de limitación de traslados y si las leyes locales te lo permiten, de recorrer y conocer, verdaderamente el lugar donde estás viviendo.

Seguro te va a sorprender el tesoro oculto que está quizá bajo tus propias narices.

A lo mejor ese edificio viejo que siempre te pasó inadvertido esconde una leyenda o una historia fascinante.

Un amigo de Caracas pasaba con frecuencia frente a un viejo edificio de peculiar arquitectura, pero que no le llamaba mucho la atención. Hasta que un día supo que Gabriel García Márquez, cuando vivió en Venezuela haciendo periodismo, habitó allí y probablemente escribiera parte de su monumental Cien Años de Soledad entre las viejas paredes del edificio.

Ahora lo ve diferente. Ya no es un simple viejo edificio.

¿Has hechos recorridos en tu propia ciudad?

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